DAI II termina y con el una etapa. Una etapa de altibajos, de poco sueño y muchas dudas y confusión. Cada enunciado presentaba un nuevo reto, que muchos no sabíamos abordar al principio, y tras muchos palos de ciego, íbamos entendiendo poco a poco.
El trabajo de cartografías me resultó especialmente complicado, no por el enunciado, sino por la dificultad que encontré en plasmar/captar un movimiento en papel. Era algo que nunca me había planteado y en cierto modo explica mi escasa productividad.
Decepcionada por el resultado de la primera parte del cuatrimestre, abordé con especial ganas y determinación la siguiente parte. Investigando con el material para reconstruir Cuenca en 3D he aprendido mucho y considero que además es la parte más desarrollada de todo mi curso. Comencé muy perdida investigando con un material que ni siquiera era compatible con el tipo de estructura que había elegido, pero en seguida me puse las pilas y me apoyé en mi referente y su trabajo para sacar adelante el ejercicio.
En la última parte del curso, se planteó un ejercicio que considero el más divertido y relacionado con la arquitectura que hemos hecho hasta ahora. El hecho de incluir nuestra maqueta en un entorno y considerar sus secciones/alzados ha supuesto un enorme reto, puesto que en un primer lugar no fueron concebidas con tal fin, ya que nos centramos en su estructura más que en su habitabilidad. Considero que en este aspecto aún me falta mucho por investigar, pero que el trabajo final plasma un trabajado intento de relacionar la maqueta con mi nuevo referente: Lebbeus Woods.
Andrea Magán Domínguez 